¿Hasta dónde llega el trabajo? Límites en el trabajo de un cuidador

¿Hasta dónde llega el trabajo? Límites en el trabajo de un cuidador

El profesional de asistencia y cuidado de mayores se convierte en una pieza importante de las rutinas de un abuelo o persona dependiente. Gracias a sus conocimientos, experiencia, dedicación y empatía los hogares se convierten en lugares más seguros y armónicos. Por ello, es usual que se establezcan lazos de confianza e incluso de amistad. Sin embargo, hay que tener en claro cuáles son los límites en el trabajo de un cuidador

El reconocimiento de la labor de un cuidador a domicilio está aumentando y las familias contratantes son más respetuosas con sus expectativas. Pero es conveniente hablar sobre las funciones que cumplirá este apoyo para evitar que demandas desproporcionadas empobrezcan el servicio y cuidado que recibirá el abuelo. 

Límites en el trabajo de un cuidador

Las siguientes actividades no forman parte de las funciones de cuidador y, por ende, las familias, la persona mayor o en condiciones de dependencia no puede pedirlas. Y, en caso de hacerlo, el cuidador está en el derecho de negarse, sin que eso sea motivo para perder su trabajo: 

  • Labores domésticas o de trabajo en el hogar. El cuidador interno ayuda a la persona a su cargo a realizar sus rutinas diarias, aseo y comida. Muchas de sus acciones tienen que ver con facilitar el desenvolvimiento en su entorno. Pero eso no implica que tenga que ocuparse del mantenimiento de la residencia. 
  • Hacer las compras del supermercado para la familia y ocuparse de trámites como el pago o contratación de los servicios y similares. 
  • Manejar asuntos personales de su paciente o del resto de sus familiares. Tampoco tomar decisiones importantes a nombre de la persona a quien atiende. 
  • Cuidar de otros miembros de la casa. 
  • Trabajar en sus horas de descanso, aun si está dentro del hogar. 

¿Cuáles sí son las funciones de un cuidador de mayores?

¿Cuáles sí son las funciones de un cuidador de mayores?

El propósito de contratar a un cuidador es delegar en alguien con experiencia las tareas que tienen que ver con la atención a un abuelo. Esto permite a las familias disponer de un apoyo confiable y brindar al ser querido un cuidado que incrementará su calidad de vida, autonomía y bienestar general. 

En ese contexto, las tareas que sí competen al cuidador son las siguientes: 

  • Supervisar al mayor a todo momento; mientras dure su jornada laboral. 
  • Conservar bien aseada la habitación del paciente, cambiar las sábanas o cocinar la comida para respetar una dieta ideal. 
  • Practicar el orden y limpiezas básicas para que su paciente se desenvuelva en un área cómoda y adecuada. 
  • Ocuparse del aseo del abuelo y promover rutinas de higiene saludable. 
  • Hacer las compras de las cosas que necesita la persona a su cuidado, pero exclusivamente de ella. 
  • Promover y realizar actividades con el abuelo, por ejemplo, salir a pasear. 
  • Estimular las relaciones sociales con los demás individuos en su entorno. 
  • Brindar apoyo para la movilidad y garantizar que el mayor se sienta cómodo. 
  • Ser compañía y relacionarse con empatía para evitar la sensación de soledad y la depresión. 
  • Acompañar a las citas médicas, tomar notas, comprar los medicamentos y administrarlos bajo la guía y supervisión del médico tratante. 

El aspecto personal dentro de los límites en el trabajo de un cuidador 

El que se establezcan límites entre lo que puede o no puede hacer un cuidador profesional, no impide que el abuelo se beneficie de una convivencia afectuosa. Si bien atender a las necesidades de alguien dependiente requiere de la implementación de rutinas, eso no significa que la relación entre cuidador y paciente deba ser fría y lejana. 

Un servicio excelente que beneficie a la persona mayor y a sus familiares requiere de trato amable y sensibilidad, para que así pueda desarrollarse una verdadera conexión entre el cuidador y el paciente. Elementos como la experiencia, dedicación, el esfuerzo y la vocación ayudan a marcar una diferencia. 

No obstante, los límites igual deben prevalecer para que el profesional encuentre el momento para velar por sí mismo, hacer sus actividades con independencia y disfrutar de la flexibilidad de perseguir intereses personales fuera de la jornada laboral. 

Por ello, desde Auxiliatus invitamos a los profesionales y a las familias a comprender que las emociones no deben comprometer la profesionalidad del servicio. Y que el propósito de marcar los límites es asegurar que, tanto el abuelo como el cuidador, tengan un estilo de vida de bienestar y equilibrio. Entonces, las claves de todo son el respeto y la cordialidad. 

Antes de establecer una relación laboral ambas partes deben conversar ampliamente sobre los términos del servicio y firmar un contrato donde queden bien especificados los deberes y derechos de ambas partes. Además, es conveniente actualizarlo a medida que las exigencias del cuidado incrementen y las condiciones de salud o dependencia del abuelo cambien. 

Esperamos que esta información te sirva de guía tanto, si quieres ser un cuidador interno, o si estás buscando contratar los servicios de uno. En Auxiliatus puedes acceder a múltiples perfiles de cuidadores profesionales para la atención y cuidado de una persona de la tercera edad o con dependencia.