Dependencia vs. discapacidad ¿Son lo mismo?

Dependencia vs. discapacidad ¿Son lo mismo?

La discapacidad y la dependencia en personas mayores son dos conceptos muy ligados al cuidado de las personas que han llegado a la edad dorada. No deben confundirse porque apuntan a dos condiciones distintas. 

Para ayudarte a conocer las verdaderas necesidades de tu familiar o paciente y brindarle las herramientas para ayudarse, te explicamos en las siguientes líneas de qué trata cada término. 

¿Qué es la dependencia en personas mayores?

Se le define como una situación donde un adulto mayor o persona más joven por causa de enfermedad o de accidente ha perdido su autonomía física, ya parcial o totalmente. A causa de ello, no puede completar las actividades básicas y rutinarias que requieren de alguna destreza o habilidad intelectual, sensorial o de movilidad. Por ese motivo, requieren del apoyo de alguien. 

La dependencia puede ser temporal o permanente y en el caso de los abuelos suele ocurrir de manera progresiva, ya que el envejecimiento va deteriorando en la persona la facultad de valerse por sí misma. Del mismo modo, se considera que existe una dependencia cuando el individuo ya no puede tomar decisiones sobre su vida, intereses, deseos o preferencias. 

Como la pérdida de la autonomía en los mayores puede provocarles depresión e irritabilidad, es importante considerar si realmente la persona necesita asistencia en sus actividades diarias. Muchos abuelos no experimentan la dependencia hasta una edad muy avanzada. 

Grados de dependencia 

El nivel de dependencia se determina con una valoración médica o de un especialista, puede ser moderada, severa o gran dependencia. Esta clasificación se emplea para determinar cuáles serían los mejores cuidados para el paciente. 

La Ley de Dependencia vigente en España establece: 

Grado 1. La dependencia moderada: empieza cuando la persona necesita de un tercero para realizar las tareas cotidianas. Sin embargo, la asistencia o apoyo requerido no es constante, varía según lo complejo que sea la actividad para el adulto mayor. Para que se considere moderada la ayuda dada al menos una vez diaria o de modo intermitente. 

Grado 2. Dependencia moderada: la ayuda se intensifica por dos o tres veces al día, es decir, que la persona quiere de un apoyo más permanente para su rutina básica. Brindar apoyo a un abuelo que se encuentre en este nivel amerita de paciencia, ya que al comienzo suele existir resistencia. Por otro lado, lo mejor es contar con la presencia de un cuidador profesional que pueda fomentar la autonomía. 

Grado 3. Gran dependencia: en este punto la pérdida de la autonomía es completa, por lo que el abuelo necesita de un cuidador permanente. Con este grado de dependencia, el adulto mayor no cuenta con muchas destrezas sensoriales, movilidad o capacidad intelectual. 

¿Qué es la discapacidad? 

¿Qué es la discapacidad?

Ésta, en cambio, es alguna limitación física o intelectual que en la mayoría de las veces es permanente. Afecta el modo en que la persona se integra en su círculo familiar, social, educativo, laboral o profesional. La discapacidad es una condición de vida, pero no debe verse como una deficiencia o anormalidad en el individuo, es simplemente un modo diferente de actuar, ver el mundo y hacer las cosas. 

La discapacidad merece el reconocimiento de todos los organismos de una sociedad para que puedan existir igualdad de posibilidades para quienes tienen o no alguna limitación. De ese modo, no existirían una falta de equidad en el goce de los derechos de los ciudadanos. 

En cuanto a la diferencia con respecto a la dependencia, la discapacidad no necesariamente implica que una persona necesite ayuda para cuidar de sí misma. Lo cierto, es que esto ocurre solo en los casos más extremos y no son la mayoría. 

Los tipos de discapacidad son: 

  • Motora: cuando una limitación o pérdida de la persona para moverse. Ocurre, por ejemplo, cuando se pierde una de las extremidades o sus funciones están comprometidas. Una persona dependiente puede necesitar ayuda para moverse, levantarse o caminar, pero una con discapacidad no. 
  • Sensorial: aquella que afecta sentidos como la vista y el oído. Se puede presentar en distintos grados, pero no conllevan a dependencia. Una persona que no puede ver, desarrolla habilidades muy particulares con sus otros sentidos, por lo que alcanza su autonomía. Además, existen recursos como el lenguaje de señas y el alfabeto braille. 
  • Intelectual: es la discapacidad cognitiva que puede afectar el lenguaje y el aprendizaje. A diferencia de las discapacidades físicas, esta no puede ser reversible. Quien tiene discapacidad intelectual presenta desafíos de grados diversos para comunicarse, cuidarse y desarrollar habilidades sociales. 

Como se puede apreciar, la dependencia y la discapacidad no son lo mismo. La primera implica que se necesita la ayuda de un tercero; mientras la otra puede requerir o no de algún tipo de asistencia técnica, tecnológica, implemento o herramienta, según sea el caso. 

Los servicios de asistencia y cuidado de mayores dan una mejor calidad de vida a los abuelos y dan tranquilidad a sus familiares. Son la solución ideal para apoyarlos en los cambios que vienen con la vejez