Consejos para fortalecer el sistema inmune de nuestros mayores

Consejos para fortalecer el sistema inmune de nuestros mayores

El organismo, a través del sistema inmunitario se defiende frente a gérmenes y microorganismos. Por eso es importante potenciarlo, especialmente en los adultos mayores, cuyo sistema inmunológico está envejeciendo.

Con la llegada de la primavera es frecuente padecer de alergias y molestias asociadas a infecciones y enfermedades respiratorias. Por no hablar de las típicas fluctuaciones estacionales de temperatura que pueden provocar el resfriado común. De allí, la importancia de fortalecer el sistema inmune de los mayores como precaución.

Desde Auxiliatus te compartimos algunos consejos claves para mantener las defensas de nuestros abuelos en su máximo nivel durante esta época del año.

¿Cómo fortalecer el sistema inmune de los adultos mayores?

Si eres un cuidador profesional y quieres ayudar a tu paciente a reforzar el sistema inmune para prevenir el desarrollo de alergias y enfermedades respiratorias derivadas de la primavera toma en cuenta estas recomendaciones:

Mantener el estrés a raya

El estrés prolongado conduce a la inflamación, así como a desequilibrios en la función de las células inmunitarias. En particular, el estrés psicológico prolongado puede suprimir la respuesta inmunitaria en las personas mayores. Las actividades que pueden ayudar a controlar el estrés incluyen la meditación, el ejercicio, escribir un diario, yoga y otras prácticas de atención plena. 

Mantenerse hidratado

La deshidratación puede causar dolores de cabeza y afectar el rendimiento físico, la concentración, el estado de ánimo, la digestión y la función cardíaca y renal. Estas complicaciones pueden aumentar sus posibilidades de enfermarse.

Para prevenir la deshidratación, los mayores deben beber suficiente agua todos los días para que su orina sea de color amarillo claro. Se recomienda el agua por sobre jugos o tés ya que no contiene calorías, aditivos ni azúcar.

Realizar actividad física

El ejercicio moderado puede ayudar a fortalecer el sistema inmune de nuestros abuelos. Los estudios muestran que incluso un poco de ejercicio moderado puede aumentar la eficacia de la vacuna en personas con sistemas inmunitarios debilitados.

Además, el ejercicio regular puede reducir la inflamación y ayudar a que las células inmunitarias se regeneren con mayor facilidad. Los ejemplos de ejercicio moderado incluyen caminar a paso ligero, andar en bicicleta, trotar, nadar y caminar. La mayoría de las personas mayores deberían hacer ejercicio tomando en cuenta sus capacidades mentales y motoras.

incentivar la interacción social en las personas mayores

Evitar el consumo de azucares refinados

Reducir el consumo de azúcar puede reducir la inflamación y promover la pérdida de peso, lo que reduce el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardíacas.

Una nueva investigación sugiere que los azúcares añadidos y los carbohidratos refinados pueden contribuir significativamente al aumento de peso y la obesidad. La obesidad también puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades y disminuir la respuesta defensiva del organismo.

Según un estudio observacional de casi 1000 personas, las personas obesas que recibieron la vacuna contra la gripe tenían más probabilidades de contraer la gripe que las personas no obesas que recibieron la vacuna.

Consumir alimentos fermentados

Los alimentos fermentados son ricos en bacterias beneficiosas llamadas probióticos, que se encuentran en abundancia en el sistema digestivo. Estos alimentos incluyen yogur, chucrut, kimchi, kéfir y natto. Las investigaciones muestran que una próspera red de bacterias intestinales puede ayudar a las células inmunitarias a diferenciar entre células normales y sanas e invasores dañinos.

En un estudio de tres meses de 126 niños, los que bebieron 2,4 onzas (70 ml) de leche fermentada al día tuvieron un 20 % menos de infecciones infantiles. Si un adulto mayor no come mucho los alimentos fermentados, los suplementos probióticos son otra opción.

Ingerir grasas saludables

Las grasas saludables, como las que se encuentran en el aceite de oliva y el salmón, pueden estimular la respuesta inmunitaria del cuerpo contra los patógenos al reducir la inflamación. Si bien la inflamación de bajo nivel es una respuesta normal al estrés o las lesiones, la inflamación crónica puede suprimir el sistema inmunitario.

El aceite de oliva, altamente antiinflamatorio, se ha relacionado con un riesgo reducido de enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2. Además, sus propiedades antiinflamatorias pueden ayudar a su cuerpo a combatir las bacterias y los virus dañinos que causan enfermedades.

Consumir alimentos integrales

Los alimentos vegetales integrales como frutas, verduras, nueces, semillas y legumbres son ricos en nutrientes y antioxidantes que pueden ayudar a combatir los patógenos dañinos. Los antioxidantes en estos alimentos ayudan a reducir la inflamación al combatir compuestos inestables llamados radicales libres, que pueden causar inflamación cuando se acumulan en el cuerpo en niveles altos.

La inflamación crónica está relacionada con muchos problemas de salud, incluidas las enfermedades cardíacas, la enfermedad de Alzheimer y algunos tipos de cáncer.

Mientras tanto, la fibra en los alimentos vegetales alimenta la microbiota intestinal. Así, se puede mejorar su inmunidad y ayudar a prevenir la entrada de patógenos dañinos en el  cuerpo a través del sistema digestivo. Además, las frutas cítricas y verduras son ricas en nutrientes como la vitamina C, que pueden acortar la duración de un resfriado.

Dormir y descansar adecuadamente 

El sueño y la inmunidad están íntimamente relacionados. Descansar lo suficiente puede aumentar la inmunidad natural. Además, un adulto mayor puede dormir más cuando está enfermo para que su sistema inmunológico pueda combatir mejor la enfermedad. Los abuelos deben intentar dormir 7 o más horas cada noche.

Si  la persona mayor que cuidas tiene problemas para conciliar el sueño, intenta limitar el tiempo frente a la pantalla a una hora antes de acostarse, ya que la luz azul de los teléfonos, televisores y computadoras puede alterar los ritmos circadianos o los ciclos naturales de sueño y vigilia, que son normales para el cuerpo.

Otros consejos para el buen sueño incluyen dormir en una habitación completamente oscura o usar un antifaz para dormir, dormir a la misma hora todas las noches y hacer ejercicio regularmente.