Esclerosis múltiple: señales de alerta

Esclerosis múltiple: señales de alerta

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad neurodegenerativa, la cual provoca que el sistema inmune del organismo ataque por error la capa aislante de los nervios, la mielina. Es esta protección la que se ocupa de transmitir los impulsos eléctricos a través de las neuronas. Cuando la mielina se deteriora o pierde la comunicación entre el cerebro y los órganos u otras partes se perjudica. 

No existe una cura para esta condición médica, pero con una atención temprana es posible mejorar las condiciones de vida de la persona con esclerosis múltiple. Reconoce, con esta publicación, algunas de las señales tempranas de la EM.

Agotamiento y debilidad 

La mayor parte de los afectados por la enfermedad muestran signos de fatiga y debilitamiento sin una causa aparente. Comienza con una debilidad en las piernas y puede que igualmente en los brazos. Esta se puede presentar por unos días y mejorar, hasta repetir nuevamente. Por ese motivo, hay que estar atento a estos cambios repentinos en los niveles de energía y fuerza. 

Sensación de entumecimiento o hormigueo en las extremidades 

Es muy común que una persona con EM tenga dichas sensaciones más de una vez, además estas se presentan de manera temprana. Las áreas más comunes donde se percibe el hormigueo o el entumecimiento son en los dedos de manos y pies, en los brazos, en piernas y también en la cara. Esto ocurre porque la comunicación entre las neuronas, nervios y columna vertebral está afectada por la enfermedad, por lo que el cuerpo envía mensajes contradictorios a las extremidades y el rostro. 

Mareos y pérdida del equilibrio 

Un paciente con EM tendrá dificultades para desplazarse porque su habilidad de coordinar movimientos y conservar el equilibrio se empobrece. Los mareos, el aturdimiento y el vértigo son señales de alerta a tomar en cuenta, los cuales se presentan cuando la persona se encuentra de pie o se está levantando. 

Dificultad para ver o pérdida de la vista 

Los problemas como la visión doble, borrosa o incluso la pérdida de la vista no aparecen en las etapas tempranas de la enfermedad, sin embargo, son un síntoma común. Lo primero que se suele experimentar, antes de tener comprometido el sentido de la vista, es molestia o dolor cuando se dirige la mirada hacia arriba o hacia los lados. Esta es una primera señal de alerta y motivo suficiente para visitar a un especialista. 

La EM impide o altera la visión central y provoca una inflamación dolorosa del nervio óptico. Por ello, ante cambios en la visión es necesario tomar acción. 

Dolor 

Espasmos y rigidez muscular

Desafortunadamente la esclerosis múltiple es una enfermedad que produce dolor crónico para un gran porcentaje de las personas afectadas. Se cree que más de la mitad de los diagnosticados deben vivir con dolor por inflamación de los nervios. 

Espasmos y rigidez muscular

Como no existe una buena comunicación con las partes del cuerpo, los músculos y articulaciones tienden a sufrir de rigidez o espasticidad. La EM se manifiesta con episodios frecuentes de movimientos espasmódicos incontrolables y dolorosos. Se presenta con más en las piernas, pero el dolor de espalda es usual también. 

Disfunción de los intestinos y la vejiga 

Se manifiesta como micción muy frecuente, incontinencia o unas fuertes ganas de orinar, con el tiempo la enfermedad provoca que el paciente desarrolle una vejiga disfuncional y esto sea un problema de higiene y comodidad, si no se recibe el tratamiento apropiado.

Disfunción sexual 

La excitación se hace difícil, ya que para que ocurra debe intervenir el sistema nervioso central. Los pacientes con EM tienen problemas para practicar una sexualidad activa.

Afectación de la cognición 

Relacionados con problemas de memoria, pérdida de la atención, del habla, la deglución u organizarse. Esto repercute en su convivencia familiar. 

Depresión y deterioro de la salud emocional 

Debido a todas las señales que hemos descrito salta a la vista que la esclerosis es una enfermedad compleja y discapacitante, con síntomas difíciles de sobrellevar para el paciente. Por lo tanto, es comprensible que sufran de depresión, ansiedad, irritabilidad. Además, se ha comprobado que la EM provoca incontinencia afectiva, por lo que es posible experimentar episodios incontrolables de risa o de llanto. 

Ten en mente que no todas las personas muestran cada uno de estos síntomas o en la misma magnitud y que el diagnóstico final lo hará un especialista, luego de llevar a cabo ciertas pruebas médicas. Pero ante la duda es mejor acudir a un centro sanitario u hospital para una revisión preliminar. 

Una persona con esta enfermedad a largo plazo puede perder la capacidad de hablar, caminar o comer, por ello, ante una situación tan desafiante, contar con un cuidador profesional a domicilio será un gran apoyo. Encuéntralo en Auxiliatus