La meditación, un gran aliado para los cuidadores

La meditación, un gran aliado para los cuidadores

Para quienes se dedican al cuidado de personas mayores es algo muy frecuente el lidiar con los efectos del estrés y la carga emocional que implica ser responsables por la salud y calidad de vida de otros. 

Insomnio, ansiedad y el muy conocido síndrome del cuidador quemado son parte  de los efectos de esta profesión y de cualquier otro trabajo que se relacione con la salud y cuidados de enfermos o mayores.

¿Qué podemos hacer como cuidadores para lograr mayor calma interior y paz emocional? Meditar es una excelente terapia que puede darte muchas respuestas y alivio. 

Practicar a diario sus técnicas puede procurarte un mejor estado anímico y darte más claridad en tus pensamientos. Permite que te conectes directamente con emociones positivas y esto, sin duda, te hará más fuerte como persona autónoma y profesional.

Descubre los beneficios de la meditación para los cuidadores y familiares, y cómo practicarla si antes no lo has hecho.  

Ventajas de la meditación 

Meditar puede ayudarnos a llevar una vida saludable. Ya sabemos lo importante que es mantenernos activos físicamente, pero a menudo se nos olvida que entrenar el cerebro y darle descanso también es necesario.

La meditación no es nada nuevo. Tampoco se trata de una moda. Es una práctica milenaria desarrollada inicialmente con fines religiosos para educar la mente y la conciencia. Actualmente, es utilizada en todo el mundo como una herramienta terapéutica para el relajamiento y la reducción del estrés. En algunos casos, ayuda notablemente a mejorar el sueño que es uno de los principales problemas que aquejan a quienes deben asistir diariamente a un enfermo.

Por fortuna, meditar es económico y no requiere de esfuerzo físico ni equipos especiales. Además está a nuestra disposición en cualquier sitio donde nos encontremos, las 24 horas, los 365 días del año.

Entonces si lo vemos objetivamente, no existen excusas para no practicarlo. Cualquiera que lo desee puede explorarlo por su propia cuenta, utilizando alguna aplicación con prácticas guiadas o buscando asesoría en un centro especializado.

Recuerda que la meditación inicialmente requiere de práctica y disciplina para alcanzar su propósito: calmar tu mente y estar más consciente de tu respiración.

Beneficios de la meditación

El estrés y cómo contrarrestarlo

Una persona sometida a estrés, por lo general manifiesta síntomas como ansiedad, presión arterial alta, síndrome de intestino irritable o problemas para dormir. También, dolores de cabeza por tensión, enfermedades cardiacas, depresión, dolor crónico, asma. En fin, hay todo un cúmulo de malestares atribuibles al estrés. 

Al respecto, varios expertos recomiendan la práctica diaria de la meditación por espacio de 20 minutos para aumentar la autoconciencia y reducir el estrés. Concentrarte en el presente, reducir las emociones negativas y aumentar la imaginación y la creatividad pueden bajar las cargas estresantes, y mejorar la tolerancia y la paciencia.

En los últimos años, investigaciones de prestigiosas universidades de Estados Unidos y Europa y la misma OMS, concluyen que la meditación puede ser la válvula de escape para lidiar con el estrés, que tanto daño causa a  la mente y la salud.

Meditar: ¿qué tan útil es para un cuidador?

Si trabajas en el cuidado de personas mayores es prácticamente una necesidad terapéutica que busques opciones para combatir el elevado nivel de estrés al que estás sometido. 

El ejercicio físico, tener hobbies edificantes, leer o ver películas que disfrutes mucho puede ayudarte. También la meditación o las prácticas de rutinas tranquilas como el yoga y pasear en bicicleta te serán de mucho provecho.

Más en el contexto actual, donde la pandemia global por la Covid-19 cambió -de la noche a la mañana- la vida de todos. Para los cuidadores de pacientes y familiares, extremar las medidas de confinamiento y la bioseguridad ha supuesto también una elevada carga de los niveles de ansiedad y estrés.

En consecuencia, la meditación nos permite calmar la mente hiperactiva y concentrarnos en el presente, desechando todos los pensamientos negativos, permitiéndonos tener control sobre nuestras reacciones y respuestas. Al final del día esto redundará en un sueño más profundo y placentero.

Indudablemente, factores como la alimentación y la actividad física son determinantes para la salud mental. Pero también, muchas investigaciones concluyen que meditar frena el envejecimiento mental al ayudar a mejorar la concentración. No olvidemos que el cerebro es un músculo y que necesita ser ejercitado.

Guía para una meditación fácil 

Cada persona es diferente y por tanto no existe una manera correcta o incorrecta de hacer meditación. Tampoco es estrictamente necesario que te pongas en “flor de loto” o con las manos y brazos en posiciones que te resulten incómodas.

Lo que importa es que te ayude a reducir el estrés como cuidador y a sentirte mejor en general. Así que recuerda que la idea es alcanzar una relajación y tranquilidad para mejorar tu bienestar emocional y salud en general.

Para los que recién se inician en la meditación, lo más aconsejable es:

  • Buscar un lugar tranquilo y sin distracciones.
  • Puedes iniciar con ejercicios de rotación de cuello y estiramientos sencillos. Luego colócate en una posición relajada. Si estás sentado, posa las manos suavemente sobre las rodillas. Si estás acostado, a ambos lados del cuerpo o como te sientas mejor.
  • Reduce los ruidos de música, televisión o teléfonos móviles que te puedan distraer.
  • Es recomendable usar ropa cómoda y mantener una postura relajada. Ambienta con una música que te induzca a la relajación.
Meditación para cuidadores

Pasos para una meditación tranquila

  1. Concentra tu atención en un objetivo específico, bien sea una imagen o en tu respiración. Enfócate en cómo entra y cómo sale el aire de tus pulmones. 
  2. Mantén una actitud abierta para ayudar a la mente a liberar las distracciones que te causan estrés.
  3. Para conseguir el nivel de calma necesario, es indispensable que mantengas una respiración relajada, inhalando y exhalando por la nariz de manera lenta y continua.
  4. Si tu atención divaga, sin caer en juicios de valores, vuelve a concentrarte nuevamente en la respiración. Deja fluir.
  5. Algunas personas, para evitar caer en distracción mientras meditan, concentran la atención en diferentes partes de su cuerpo y las sensaciones que experimentan como dolor, calor y tensión. 
  6. Igualmente para no perder el enfoque, hay quienes repiten una oración o mantra, que puede ser religioso o no.  Puede ser una oración escrita o improvisada, dependiendo de tus creencias y valores.
  7. Mantente el tiempo que quieras respirando pausadamente. Finaliza cuando te apetezca y repite las veces que quieras. Para crear hábito, trata de hacerlo a una misma hora, todos los días. Por ejemplo, apenas te levantes o antes de acostarte. 

Alternativas que puedes poner en práctica

Puedes meditar sentado, acostado, caminando, en posturas de yoga o con los ojos cerrados o abiertos. Con la práctica, hay quienes logran meditar conduciendo un vehículo, dando un paseo o durante sus actividades cotidianas y repetitivas. Es lo que se denomina meditación activa.

Una alternativa eficiente y saludable es meditar mientras caminas por la ciudad o en algún centro comercial. En todo caso, la idea sería caminar sin prisa y no fijarnos un destino en específico, sino en los movimientos de las piernas. 

Con el tiempo, puedes recurrir a opciones más avanzadas de meditación, guiadas por terapeutas. Entre ellas, están la meditación trascendental, raja yoga, kundalini o vipassana. Hay muchas. Todo dependerá de lo que buscas al meditar. Y tú ¿cómo buscas relajarte mientras trabajas en el cuidado de personas mayores? ¡Déjanos un comentario!