Consejos para una buena convivencia cuidador vs persona mayor

Tipos de cuidadores familiares y cómo hacer equipo con el cuidador profesional

Cuidar de una persona mayor es una labor que se puede desempeñar con más éxito si se trabaja en equipo. Y esto incluye a aquellos familiares o amigos que forman parte del entorno del paciente mayor y que deberían verte, a ti como cuidador profesional, como un “socio” y no como un enemigo o alguien molesto. 

Si trabajas en la asistencia y cuidado de mayores es importante que sepas reconocer a esas personas que pueden sumar y hacer una buena liga contigo. También es aconsejable saber qué hacer cuando percibas situaciones complicadas u hostiles y cómo puedes manejarlas apropiadamente.

Comienza por identificar el entorno 

Lo ideal es que los parientes o amigos que rodean a la persona puedan ver al cuidador a domicilio como alguien en quien puedan confiar. Sin embargo, esto no siempre ocurre. 

Cuidar de un pariente de edad muy avanzada y que no pueda valerse por sí mismo o que tenga algún tipo de condición especial es, a la larga, un trabajo desgastante y rutinario, especialmente para quien cumple el rol directo de ser el cuidador dentro de la misma familia. 

Hay familiares que convierten estos cuidados en prácticamente su única misión. Y esto ocurre más de lo que creemos. Son esos casos de esposos o esposas, hijos o hermanos que convierten al pariente mayor enfermo o necesitado de cuidados, en su foco, en su  propósito de vida.

Para muchas personas que asumen este tipo de responsabilidad, esto también puede implicar dificultades para compaginar su vida, su trabajo y sus obligaciones. 

A algunos puede costarles después el superar la pérdida de esa persona que era el centro de sus cuidados. Pueden desarrollar problemas emocionales, falta de adaptación, depresión, pesadillas, pérdida del apetito, aislamiento social, etc.    

Vivir para cuidar del familiar dependiente o que requiere de cierta vigilancia detona muchas veces estrés, ansiedad y desconfianza. Incluso, puede haber reticencia a aceptar las sugerencias que un cuidador “extraño” o “recién llegado” hace para mejorar la calidad de vida del paciente en temas tan básicos como optimizar la hora del baño en el adulto mayor.   

Tipos de cuidadores familiares 

La Academia Americana de Psiquiatría Clínica apunta que todo cuidador profesional y personal médico y de enfermería debe aprender a diferenciar los tipos de familiares cuidadores que rodean al paciente.

En varias investigaciones se han establecido cuatro tipos básicos de cuidadores familiares:

Cuidador Portador 

Suele ser un familiar muy concentrado en hacer muchas cosas a la vez y en asegurarse de que los prestadores de atención médica o auxiliar estén al tanto de todo y lo cumplan. 

  • Es probable que le cueste abrirse y hablar del estrés que le causa brindar cuidados a su ser querido.
  • Puede cerrarse a recomendaciones nuevas o le incomoda entender que posiblemente no hay cura para su familiar (si padece alguna enfermedad grave). 
  • Puede hacérsele difícil pedir o aceptar ayuda de familiares y de un cuidador interno.

Cuidador Compañero

Es el tipo de cuidador familiar que se siente cómodo en muchos aspectos. Le gusta hablar con los demás miembros de la familia y con el cuidador profesional acerca de la evolución, dificultades y complicaciones del ser querido.

  • Usualmente acepta ayuda de otros familiares y de los cuidadores profesionales.
  • No le incomoda hablar de la condición y salud del familiar y cómo esto le afecta.
  • Es abierto a recibir consejos, incluyendo de tipo espiritual.
  • Comprende que puede no haber cura o mejoría para ciertas condiciones médicas complicadas de su pariente.

Cuidador Gerente

Es el cuidador familiar que suele tener un buen manejo de términos médicos y que conoce bien la importancia de ciertas conductas y tratamientos.

  • Se siente a sus anchas al tomar decisiones y la mayoría de las veces actúa siguiendo estrictamente las recomendaciones del personal médico, auxiliar de enfermería y cuidador profesional.
  • Es muy responsable y encara la mayoría de las decisiones en nombre del resto de la familia y del propio paciente. Esta responsabilidad le ha sido conferida por el adulto mayor y la familia, ya que confían plenamente en su rol.

Cuidador Solitario

Se encuentra totalmente concentrado en ayudar a su familiar. Puede manifestar mucha preocupación en la atención que recibe el pariente, hasta el punto de sentirse incómodo o reticente a aceptar recomendaciones o ayuda en ciertas situaciones. 

  • Puede costarle hablar sobre temas diferentes que no tengan que ver con la enfermedad o vida del familiar a cargo.
  • Puede costarle hablar sobre temas espirituales y recibir consejos o críticas por el exceso de atención que puede ser desfavorable para su propia salud y la individualidad del familiar a cargo. 
  • Puede que le cueste aceptar o pedir ayuda del cuidador interno o de otros familiares y amigos. 
Sugerencias para un cuidado colaborativo

7 sugerencias para un cuidado colaborativo

Si eres cuidador de personas mayores, hay estrategias que puedes seguir para lograr un mejor apoyo, tanto del familiar a cargo como del mismo paciente. 

  1. Recuerda que los cuidadores familiares pueden desempeñar varios roles claves en las tomas de decisiones, y es mejor que se sientan partícipes y comprendidos por ti. No solo se trata del paciente, también ellos deben sentirse cómodos con tus atenciones y cuidados. 
  2. ¿No sabes bien cuál es el tipo de cuidador familiar con el que estás tratando? Pide ayuda al especialista que está en el entorno del paciente para saber bien cómo proceder, sobre todo, si percibes rechazo a tus recomendaciones.
  3. Existe consenso profesional en que tanto el paciente de edad avanzada como su cuidador familiar deben recibir atención simultánea. Esto permite una mejor sinergia y un manejo más efectivo de la salud mental. Esto es clave en situaciones difíciles, como enfermedades degenerativas o en pacientes mayores con cáncer.
  4. Investiga si existen grupos de apoyo a donde puedas recomendarle que acuda el cuidador familiar para que se abra, se relaje y se sienta más cómodo.
  5. Dedícale tiempo al cuidador familiar que no es muy colaborativo. Trata de conocerlo mejor, de dejar que se exprese, escúchalo con calma, sin criticarlo ni sonar a modo de regaño. Trata de generar un clima de confianza profesional.
  6. Facilítale información escrita y veraz al cuidador familiar para que se sienta más preparado. Invítalo a que realice alguna capacitación que lo ayude.
  7. Incentiva al cuidador familiar a que se apoye más en otros familiares o amigos para delegar tareas y tener más tiempo para sí mismo. Una buena idea es que haga una lista de actividades en las que le gustaría recibir ayuda, como llevar de paseo al paciente de edad avanzada, hacer compras, tener comidas ya preparadas para varios días, etc.

Ten en cuenta que podrás prestarles un mejor servicio si todas las partes comprenden el valor de poner en marcha un sistema de cuidado colaborativo. Para ello es importante cultivar la confianza y hablar con tacto y transparencia.