Cáncer en la vejez

¿Cómo tratar a un paciente oncológico mayor? Estrategias para cuidadores y familia

Que una persona mayor reciba un diagnóstico de cáncer puede ser algo muy devastador. No solo porque afecta su estado físico sino también el manejo de sus sentimientos y emociones. Literalmente pueden sentir que el mundo se les viene abajo, mientras afloran todo tipo de “fantasmas” como miedo, depresión, tristeza, enojo, culpa, impotencia y negación. 

En este artículo hablaremos de cómo la familia y el cuidador de mayores pueden ayudar a manejar sus sentimientos ante la revelación de esta enfermedad. Además, te diremos qué hacer para que el paciente oncológico de edad avanzada pueda vivir una existencia más positiva y tranquila. 

Y si se trata de un superviviente del cáncer, compartiremos varias estrategias que pueden aplicar los parientes y el cuidador a domicilio para ayudarlo a superar el pánico, la ansiedad y el temor a que la enfermedad regrese.

Crisis emocional: la otra cara del cáncer 

Luego de un diagnóstico o tratamiento agresivo contra el cáncer es normal o entendible que haya un vuelco en la forma de pensar y en el actuar de la persona que sufre la enfermedad.

Todo lo que ocurre alrededor del paciente se amplifica hasta el punto que el estado emocional y psicológico se puede volver muy inestable o cambiante. Todo depende de cómo la persona se está tomando la enfermedad y qué tipo de apoyo está recibiendo de sus familiares y del personal de asistencia y cuidado de mayores.

El Instituto Nacional del Cáncer (NIH) advierte que una persona de avanzada edad que está enfrentando un diagnóstico o superando el cáncer puede asumir actitudes positivas similares a esto:

  • Se siente más fuerte que antes y puede incluso volverse más protector con la familia y los amigos. Sabe que superará la enfermedad.
  • Decide buscar apoyo emocional y consejos en los seres queridos, en profesionales o en supervivientes de la enfermedad.
  • Se refugia en la fe o en valores espirituales que le permitan soportar el peso de la patología oncológica.

Otros por el contrario -refiere el NIH- procesan el diagnóstico y el tratamiento con sentimientos desgarradores de:

  • Agobio y temor: sienten que la vida se les escapa de las manos y no entienden la efectividad del tratamiento, las visitas médicas y los cambios de rutina que muchas veces implicará depender de otro.
  • Negación: es una de las etapas iniciales tras el diagnóstico del cáncer. El problema es cuando no se supera esta etapa y la persona se niega a ser tratada y se mantiene cerrada a recibir cualquier ayuda.
  • Frustración y enojo: surgen preguntas como “¿por qué me ocurre esto a mí?” “¿qué hice para merecer esto?” o ¿por qué me castigan así?”. El enojo puede crear resentimiento o ira hacia las personas que se ofrecen y quieren ayudar.
  • Preocupación y miedo: son las emociones más frecuentes y persistentes, porque se siente miedo a sufrir dolor, de verse diferente por la enfermedad o al tratamiento, a quedarse sin dinero para sostenerse así mismo o a la familia, a morir, a dejar cosas importantes a un lado…
  • Estrés, ansiedad, depresión: es normal que al paciente oncológico mayor le cueste relajarse, dormir y comer. Pueden incrementarse los latidos del corazón, los dolores de cabeza y del cuerpo a causa de la tensión emocional. Aparecen temblores, mareos, depresión, malestar estomacal, debilidad.

¿Cómo ayudar al paciente oncológico deprimido? 

La depresión y la tristeza pueden ser tratadas en el paciente oncológico. Es importante que tanto la familia como el cuidador interno, e incluso el propio enfermo, estén atentos a los signos de la depresión. Entre ellos tenemos:

  • Nerviosismo, irritabilidad, mal humor
  • Baja autoestima o sentimientos de que vale poco como persona
  • Abatimiento, parálisis en las emociones, nada le importa
  • Tristeza, llanto recurrente y sensación de abandono que es difícil de que desaparezca
  • Sentimientos de culpa y pérdida de esperanzas
  • Falta de concentración
  • Pérdida de interés en  actividades con amigos y familiares  
  • Pensamientos suicidas o necesidad de infligirse daño
  • Aumento de peso o adelgazamiento severo

Ante cualquier sospecha de depresión, es importante alertar al especialista médico quien puede recetar fármacos antidepresivos e indicar psicoterapia. 

La depresión en el adulto mayor con cáncer, si no se controla, puede influir en la efectividad del tratamiento y aumentar las recaídas y reingresos hospitalarios. 

Estrategias que marcan la diferencia

Cualquier persona con cáncer puede sentirse con mucha frecuencia sola o distante. Puede que le resulte complicado hablar del tema y que se niegue a recibir visitas o atender el teléfono. Incluso, los mismos amigos pueden cambiar su trato hacia el paciente con cáncer y prefieran alejarse para evitar situaciones incómodas. Así que a la familia cercana y al cuidador profesional les toca ser soporte emocional.

Las siguientes son estrategias que se pueden poner en práctica. 

➤ Mejor comunicación 

Según un estudio realizado en 2017 por la Universidad Estatal de California y City of Hope Comprehensive Cancer Center, si los familiares del paciente mayor, su cuidador y el personal de salud cooperan y manejan la misma información, el paciente puede sentirse más abierto a expresar sus emociones.

Una mejor comunicación puede ayudar a bajar su nivel de angustia.

➤ Individualizar el tratamiento

El mismo estudio destaca el valor de individualizar la atención médica y terapéutica para que responda a las preferencias y expectativas del paciente con cáncer y su familia. Esto eleva el nivel de confianza del paciente en la gente que le rodea.

➤ Apertura emocional

Es importante abrir espacios para que el paciente con cáncer pueda expresarse sin ser criticado o atacado. Los sentimientos de enojo, frustración o tristeza deben salir. 

➤ Recurrir a grupos de apoyo

Puede resultar de gran ayuda acudir a reuniones con supervivientes de la enfermedad, grupos de apoyo o ir a un consejero. Si cuesta hablar de los sentimientos, pueden anotarse en un papel para poner orden a las ideas y las emociones.

➤ Buscar ser positivo y no culparse

Tratar de ver lo bueno en los momentos difíciles puede ser duro de asimilar. No perder las esperanzas ayuda a centrarse en lo que resulta favorable para prolongar la salud lo más que se pueda. 

Resulta también de mucha ayuda no enfocarse en culpar a alguien de la enfermedad. Cualquier persona puede desarrollar cáncer y no es culpa de nadie.

➤ No negar los días malos

Mantener las apariencias y un entusiasmo no genuino puede ser tan dañino como vivir malhumorado. El paciente mayor con cáncer debe sentirse en libertad de aceptar que está atravesando por un día terrible y que necesita de privacidad para descansar de la presión de los demás. 

Igualmente, a muchas personas les cuesta entender que no siempre el paciente oncológico está en condiciones de hablar de la enfermedad. Así que es importante respetar este deseo y no insistir en ello ni pedir explicaciones. 

➤ Retomar el control de la vida

Por último, es frecuente que los pacientes oncológicos sientan que perdieron el control de sus vidas. Esto porque sus días se reducen a asistir a consultas, recibir tratamiento, tomarse los medicamentos. A la larga, esto es muy agotador. 

Una manera de ayudar al paciente a romper con este círculo es creando un programa diario que incluya actividades motivantes y que lo ayuden a salir de la rutina. Esto le puede permitir entender que aún tiene el control de su vida, que puede relajarse y que no debe obsesionarse pensando solo en la enfermedad.