Tipos y grados de dependencia

Tipos y grados de dependencia

La dependencia podemos definirla como la necesidad de recibir ayuda para poder llevar acabo y desenvolverse en la vida diaria. Cuando se habla de esto, por lo general se hace referencia a personas mayores que por la propia edad (si es muy avanzada) o por alguna condición de salud anterior o preexistente que se padezca.

Son muchas las enfermedades que poco a poco pueden causar dependencia física en una persona, también puede ser producto de un accidente o enfermedades que rápidamente afecten el sistema nervioso central, la motricidad y demás. Incluso, afecciones emocionales pueden desencadenar diferentes grados de dependencia.

Hoy queremos abordar el tema de los tipos y niveles, que ya que no todas las personas mayores o con alguna enfermedad sufren de la misma dependencia. Y también queremos concientizar de la importancia de su prevención, y adecuado tratamiento para mejorar la condición.

¿Qué es la dependencia?

Como decíamos al inicio, la dependencia en adultos mayores o personas enfermas hace referencia a la necesidad de recibir ayuda para tareas básicas o complejas de la vida diaria, en otras palabras, en la perdida de la autonomía y de facultades que obligan a la persona a relegar su cuidado propio.

Si bien hay que aclarar que dependencia no es sinónimo de vejez, es decir, que no hay edad para padecerla, ya que son muchos los condicionantes que pueden llevar a una persona a sufrirla, las personas mayores por la propia edad y condiciones de vida y salud son más proclives. Esto debido a que la vejez, a nivel general, puede venir acompañada de ciertas complicaciones derivadas patologías y padecimientos que pueden ocasionar pérdida de capacidades funcionales (físicas y psicológicas), lo que puede conllevar a una pérdida de la independencia parcial o completa, temporal o permanente.

Tipos de dependencia

Existen diferentes tipos de dependencia que podemos encontrar, pero destacaremos los principales en esta lista.

Dependencia física

Es una de las más conocidas y también una con un gran número de casos. Se presenta cuando una persona es incapaz de realizar por si mismo actividades básicas de la vida cotidiana relacionadas con su propio cuidado, actividades básicas como vestirse, asearse, comer… En pocas palabras impedimentos físicos que no les permiten llevar a cabo su propio cuidado y desenvolverse con autonomía.

Este tipo de dependencia tiene implicaciones a nivel del individuo, en lo social, y también en el hogar. En lo individual, puede derivar en problemas de autoestima, desinterés y depresión. En el hogar, implica desde la modificación de espacios para que sean aptos para los mayores, hasta el intercambio de roles cuando un familiar es quien se hace a cargo del cuidado y asistencia, y no un cuidador profesional. En lo social, tiene influencia en la demanda de servicios de salud y asistenciales, así como en la adecuación de espacios y mobiliario público, por ejemplo.

Dependencia mental

También conocida como dependencia psíquica, esta asociada con la anterior, y con el deterioro de las capacidades mentales, la función cognoscitiva y los trastornos de la salud mental. Durante la vejez, la alteración de las funciones cognoscitiva es más proclive por los cambios que el envejecimiento genera.

En general este tipo de dependencia esta presente cuando la persona pierde la capacidad de raciocinio, de toma de decisiones y de resolución de problemas. Enfermedades asociales con la dependencia mental son el Alzheimer, la demencia o trastornos crónicos o progresivos de la salud mental.

Dependencia sensorial

Implica la alteración o deterioro de alguno de los sentidos, por lo general la vista o el oído. Y es que, afecciones relacionadas a estos sentidos menoscaban la capacidad de la persona para realizar diversas tareas, como desplazarse, trabajar, conducir, realizar algunas tareas domésticas…)

Este tipo de dependencia puede presentarse a cualquier edad y afectar el desenvolvimiento de la persona de forma leve, moderada o grave. Asimismo, afectar su estado emocional, si es un padecimiento que deviene de una enfermedad y no de nacimiento.

Dependencia mixta

Por lo general la dependencia mixta se genera a raíz de alguna enfermedad, la cual puede desencadenar limitaciones, incapacidad y falla en el desenvolvimiento de la persona. Por ejemplo, provocar un deterioro rápido del habla y comunicación, de la movilidad, de la capacidad de deglutir…

En general se trata de una combinación de una o más dependencias, puede ser física y sensorial, física y mental…

Grados o niveles de la dependencia

De acuerdo con la Ley 39/2006 llamada Ley de Dependencia, se pueden establecer tres claros niveles o grados para definir el padecimiento de una persona.

  • Grado I: hace referencia a un nivel moderado de dependencia. Dentro de este grado la persona necesita ayuda, pero no de alto nivel. La asistencia puede ser para poder realizar ciertas actividades una vez por día. O ayuda intermitente en diversas tareas.
  • Grado II: se refiere a un nivel severo de dependencia, para estas personas no es necesario la asistencia constante y continua de un cuidador, pero si requiere cuidados adicionales so más frecuentes para actividades diarias, tres o 4 veces por día.
  • Grado III: el nivel más alto de dependencia que puede sufrir una persona se define como gran dependencia. Y quiere decir que la persona necesita cuidado constante, día y noche, para realizar prácticamente cualquier tipo de actividad por él.

Ahora que conocemos esta información, es necesario velar por la salud de nuestros mayores, y determinar de acuerdo con el tipo y grado de dependencia que padece acciones claras para su asistencia. Al saber qué dependencia padece, se puede incentivar la movilidad y autonomía, o en su defecto buscar un cuidador adecuado para brindarle una asistencia adecuada y justa de acuerdo a su caso particular.