Cómo cuidar a un paciente mayor diabético

¿Cómo cuidar a un paciente mayor diabético?

La diabetes es una enfermedad grave y frecuente en los adultos mayores. Tener en casa a una persona con esta condición amerita un buen control que va más allá de ser estrictos en la alimentación y vigilar la medicación

Con el diabético de avanzada edad sucede que su estado puede agravarse rápidamente si se descuidan ciertos parámetros.

¿Qué cuidados especiales debes tener con una persona mayor diabética? Sigue leyendo y conoce cómo ayudar a este tipo de pacientes crónicos. 

La diabetes y su daño oculto 

Si te dedicas a la asistencia y cuidado de mayores con diabetes o tienes en casa a un familiar con esta enfermedad, es importante que sepas primero cómo actúa el azúcar en la sangre cuando está en niveles altos por mucho tiempo.

La diabetes se produce cuando la glucosa (o azúcar) en la sangre se eleva demasiado. Si no se controla, puede afectar muchos órganos y partes del organismo. 

Quizás no lo sabes, pero cuando la glucosa se mantiene elevada erosiona el endotelio, que es ese tejido interno que recubre las arterias y órganos. Esta acción progresiva de la enfermedad puede causar:

  • Enfermedades del corazón
  • Derrames cerebrales
  • Daños en los ojos y en los nervios
  • Fallas en los riñones
  • Amputaciones de pie o extremidades completas 
  • Riesgo de coma diabético 

La Asociación Americana de la Diabetes y el Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento (NIA) de Estados Unidos, advierten que quienes padecen de diabetes tipo 2, la más frecuente en personas mayores, pueden además correr mayor riesgo de sufrir cáncer o Alzheimer.

Tipos de diabetes y cuidados

Nuestro organismo convierte muchos de los alimentos que consumimos en azúcar (glucosa) para obtener energía. No obstante, para ser usada como fuente energética es necesario que la hormona insulina ayude a la glucosa a entrar en las células

En el caso de los pacientes con diabetes este mecanismo se ve alterado. Puede ocurrir que el metabolismo no genere insulina, que su cantidad sea insuficiente y/o que no sea usada de forma adecuada. 

Estas irregularidades con la insulina pueden hacer que la persona desarrolle dos tipos de diabetes: 

  • Diabetes Tipo 1: es aquella en la que el cuerpo no produce insulina. Aunque afecta con más frecuencia a niños y personas jóvenes, puede aparecer en adultos mayores.
  • Diabetes Tipo 2: es la más extendida entre personas de edad mediana o avanzada. Aparece cuando el cuerpo no produce ni utiliza de forma correcta el aporte de insulina.   

Existe otra condición de cuidado y es la prediabetes. Se muestra con cantidades elevadas de glucosa en la sangre, aunque no se puede diagnosticar aún como diabetes. Si no se toman los correctivos, puede pasar a diabetes tipo 2.

Síntomas de alerta en el adulto mayor 

La diabetes forma parte de las dolencias más frecuentes en la vejez, junto con patologías comunes como la osteoartritis, la depresión y la osteoporosis. 

En nuestros mayores, las subidas de azúcar o hiperglucemia pueden mostrarse con síntomas que a menudo son atribuidos a la vejez. Muchos abuelos pueden quejarse de sentirse más cansados, con más hambre de lo normal o muy sedientos. También pueden orinar con más frecuencia e incluso mojar seguido la ropa y las sábanas. 

Estos pueden ser signos de alarma de enfermedad diabética. Otros síntomas son:

  • Adelgazar mucho sin proponérselo.
  • Experimentar visión borrosa o problemas visuales.
  • Heridas y moretones que tardan en cerrar o desaparecer.
  • Infecciones bucales frecuentes y graves como la periodontitis.
  • Falta de sensibilidad en los pies.
  • Mayor incidencia de enfermedades en la piel y candidiasis.

Antes de descartar el cansancio, la visión deficiente y otros problemas como parte del envejecimiento natural, es importante que como cuidador de mayores notifiques cualquier condición que pudiera resultar sospechosa.

Fallas en el control diabético

El nivel muy elevado de azúcar en sangre (hiperglucemia) y el azúcar baja (hipoglucemia) pueden desencadenar muchos problemas de salud. Uno de ellos es el coma diabético. 

Esta patología puede llevar a la muerte, causar daño cerebral permanente o pérdida del conocimiento. Puede ocurrir como consecuencia de un mal control diabético, por saltarse comidas o por fallas en la colocación de insulina. 

La enfermedad renal también puede ser un detonante del coma por diabetes. Otra razón es cuando nuestros mayores no quieren tomarse los medicamentos para controlar la glucosa. 

Y no podemos olvidarnos de las bebidas alcohólicas que pueden enmascarar una hipoglucemia en personas mayores. 

Notifica inmediatamente si el abuelo presenta:

Hiperglucemia: los síntomas son mucha sed, fatiga, mal aliento, micción frecuente, dolores de estómago, problemas para respirar, vómitos, náuseas, boca seca, latidos del corazón acelerados.

Hipoglucemia: causa ansiedad, nerviosismo, temblores, fatiga, hambre, desorientación, aturdimiento, sudoración, náuseas, mareos, problemas para hablar.

Cuidar persona mayor con diabetes

Estrategias y plan diario 

¿Qué hacer si el adulto mayor diabético que tenemos bajo nuestro cuidado no quiere colaborar? Explícale los riesgos de las subidas o bajadas de azúcar y el valor de apegarse al tratamiento. 

La mayoría de los adultos mayores con diabetes tipo 2 o riesgo pre-diabético se puede controlar con dieta, ejercitación acorde a su condición física, medicación con pastillas, inyecciones de insulina y mediciones de glucosa

Es importante mantener un protocolo de prevención y seguimiento diario: 

  1. Registro estricto: lleva un reporte de las mediciones de glucosa y su frecuencia, como lo recomienda el personal médico.
  2. Administrar la medicación: aunque el paciente diabético afirme que se siente bien, no debe abandonar su tratamiento, ni saltarse la toma.
  3. Alimentación saludable: hay que tener claro qué comidas y porciones son más adecuadas para no alterar las concentraciones de glucosa.
  4. Estar activo: caminatas, darle a la bicicleta estática y los ejercicios de rehabilitación pueden mejorar los niveles de glucosa.
  5. Controlar la presión arterial: revisa con frecuencia la tensión arterial y anota los niveles que registra la persona mayor. 
  6. Revisiones periódicas: recuerda a la familia la importancia de la vacunación anual y los análisis de colesterol y triglicéridos para prevenir problemas cardíacos. También, la revisión cada 12 meses de la vista y los riñones.  
  7. Hidrata la piel: aplica cremas que suavicen la piel del paciente diabético y lo protejan de sequedad y heridas. Revisa que no haya cortes, moretones ni infecciones.
  8. Verifica los pies: todos los días hay que mirar bien los pies de los abuelos con diabetes. Observa la presencia de cortes, llagas, callos, infecciones, enrojecimiento. En esos casos, debe ser atendido por un médico especialista o podólogo.

Si eres cuidador de personas mayores, mantén un contacto cercano con los especialistas de salud que atienden a la persona. Infórmales si tienes inquietudes con las pautas de control diario o si notas síntomas de depresión en la persona que está bajo tu cuidado.

Con información de: