Recomendaciones y cuidados de la piel madura

Recomendaciones y cuidados de la piel madura

Los cambios en la piel son uno de los signos más notorios del envejecimiento. Por eso, saber cuáles son los mejores cuidados de la piel madura es fundamental para poder reducir los efectos del tiempo.

Con la edad, la piel se vuelve más delgada, tiende a secarse, pierde sensibilidad, mientras que pueden aparecer manchas blancas y zonas más sensibles. Por ello, es muy importante adaptar la rutina de cuidados cutáneos de forma adecuada a la edad y estado de salud de cada persona. Descubre más a continuación:

Cuidados de la piel madura

Desde los 50 a los 65 años, la piel necesita cuidados especiales y cambios de rutina para frenar los signos de la edad. Si consideramos la piel como la primera barrera del cuerpo frente al exterior, entenderemos que no hay salud completa sin una piel sana.

A esta edad, el cuerpo ya no sabe cómo procesar adecuadamente el suministro de nutrientes de los alimentos para reconstruir y mantener la calidad de la piel. Por ejemplo, a medida que envejecemos, el cuerpo ya no es capaz de procesar las grasas de la dieta y utilizarlas para la capa ácida de la epidermis, dejando la piel desprotegida.

Como resultado, los cuidados de la piel madura se vuelven más intensos, pero a la vez más sensibles. Por lo tanto, la piel madura necesita un cuidado especial. Además de ser más finas y frágiles, producen menos células y más lentamente, debilitando la barrera protectora. A estas edades, lo que necesita son nutrientes.

Incluso si el adulto mayor sufre de incontinencia, debes tener mucho cuidado porque la pérdida de orina puede hacer que la piel se vuelva más sensible. Es muy importante limpiar, proteger y cuidar la piel madura, aportándole todos los nutrientes que necesita, ya que cuando nos lavamos eliminamos la preciada capa protectora de la piel, conservando la humedad y los lípidos.

Cambios en la piel con la edad

CAMBIOS EN LA PIEL CON LA EDAD

Si conocemos los cambios que se producen en la piel a medida que pasan los años, será más fácil saber cuándo adaptar la rutina de cuidado de la piel madura. Algunos signos que ayudan  a reconocer si la piel ha entrado en esta etapa de madurez son:

Arrugas, pérdida de firmeza y elasticidad

Estos tres signos se encuentran entre los primeros en hacerse visibles y mostrar que la piel está en proceso de maduración. Con el tiempo, la renovación celular se ralentiza y la producción de colágeno y elastina disminuye, lo que conduce a la pérdida de firmeza de la piel, arrugas y líneas finas.

Deshidratación

Otro signo es el aumento de la deshidratación. La piel ya no puede retener la humedad y es propensa a tirones, rojeces, escozor, descamación e irritaciones.

Piel fina

Esta es otra consecuencia de la reducción de la producción de colágeno. Además, esta pérdida de grosor va acompañada de una disminución de la capa de grasa subcutánea de la piel.

Manchas marrones

Suelen aparecer en las zonas más expuestas al sol como el rostro, pecho, manos y brazos.

Mayor susceptibilidad al eccema y las infecciones

La menopausia resalta todos estos signos de envejecimiento. Debido a la disminución de las hormonas sexuales, la piel se vuelve más seca, más delgada y pierde su elasticidad, lo que puede conducir a este tipo de afecciones.

Recomendaciones para mantener una piel sana aun en la tercera edad

Lo esencial para promover los  cuidados de la piel madura para que se mantenga radiante, es no olvidar la limpieza por la mañana y por la noche, hidratación y protección solar durante todo el año. Además, es importante seguir estos consejos adicionales.

Cada piel es única por eso es fundamental darle lo que realmente necesita. La edad puede manifestarse de varias formas: granitos, sequedad, arrugas, ojeras, flacidez, poros dilatados. Por ello, es mejor acudir a un especialista para determinar el estado de la piel y sus necesidades. El dermatólogo identificará cuál es la mejor rutina de cuidados.

Se sabe que el 80% de los casos de envejecimiento cutáneo son causados ​​por factores como los rayos ultravioleta, la polución, el tabaco, el estrés, la alimentación, la falta de sueño. Para prevenir la acción de los radicales libres que provocan el envejecimiento de la piel se deben utilizar antioxidantes como la vitamina C, la vitamina E, el ácido hialurónico.

Una dieta variada y equilibrada rica en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres y pescado, es fundamental para mantener una piel sana. Además de saber qué estamos comiendo, también necesitamos saber qué alimentos evitar, como las grasas saturadas o el azúcar.

Se debe asignar un tratamiento más intensivo para una o dos noches a la semana. Son de suma importancia como por ejemplo las mascarillas rejuvenecedoras, exfoliación profunda, serum reafirmantes y más.

A lo largo de los años, se ha vuelto importante proporcionar a la piel la humedad que no puede mantener por sí sola, no solo en la cara sino en todo el cuerpo. El mejor consejo es beber agua en cuanto sientas sed y la media diaria es de unos dos litros dependiendo de la condición de salud del adulto mayor. También puede mantenerse hidratado con té de hierbas.

Es posible que se produzca la acumulación de impurezas en los poros y la incapacidad de la piel para respirar. Para superar sus efectos, la limpieza diaria como te hemos dicho antes con un gel suave es suficiente para eliminar todos los residuos.

El deporte tiene muchos beneficios para la piel. Gracias al aumento de oxígeno, se retrasa la aparición de arrugas y otros signos de la edad. Además, al sudar, nos deshacemos de las toxinas dañinas del cuerpo. Finalmente, después del ejercicio, lo mejor es descansar y esto favorece la regeneración de la piel.

Utiliza productos especiales para piel madura

RECOMENDACIONES PARA UNA PIEL SANA

No debemos olvidar la importancia de aplicar productos que ayuden a favorecer la lozanía cutánea. La piel seca es más sensible y frágil a las lesiones menores. Además, la picazón por la sequedad puede provocar rasguños.

A la hora de elegir una crema humectante, ten en cuenta los siguientes aspectos:

  1. Debe ser adecuado para pieles sensibles y si está destinado a pieles maduras, pues aún mejor. No se limpian con perfume. Lo mejor es tener una crema facial con cierto grado de protección solar.
  2. En zonas especialmente secas, como las manos o los codos, se recomienda un producto más denso. Las lociones o emolientes deben usarse al menos una vez al día después de ducharse. En el caso de pieles especialmente secas, se debe aumentar el número de veces de uso diario.
  3. Por otro lado, debemos prestar especial atención a aquellas zonas más afectadas por el roce y la acumulación de humedad, como los pliegues y las zonas cubiertas por pañales y toallas. Lo ideal es aplicar una crema protectora con óxido de zinc.

El cuidado de pieles maduras también abarca cabello y uñas

Cuando hablamos del cuidado de la piel, a menudo se pasa por alto el cabello y las uñas. Sin embargo, también son parte de la primera línea de defensa de nuestro cuerpo y deben mantenerse saludables.

El cabello y el cuero cabelludo experimentan grandes cambios en la tercera edad. Al igual que la piel, se vuelven más frágiles. Para el cuidado del cabello, se debe lavar al menos una vez a la semana con un champú nutritivo y agua tibia. Para cabellos secos, puedes dejar actuar una mascarilla hidratante unos minutos antes de enjuagarlo.

En cuanto a las uñas, con la edad se vuelven más secas y gruesas, lo que dificulta su mantenimiento. Es necesario cortarlas sin dañar la piel, y para ello puedes:

  • Remojar las manos y pies en agua tibia con sal durante unos minutos antes de cortarte las uñas.
  • Usar una lima de uñas para quitar las puntas de las uñas de manera segura. La edad y algunas enfermedades crónicas, como la diabetes, pueden promover hongos en las uñas que se ven como manchas marrones o áreas ásperas.
  • Se debe prestar atención a la aparición de estas infecciones y aplicar tratamiento adecuado hasta que desaparezca en su totalidad.