La artrosis es una de las enfermedades reumáticas más frecuentes, sobre todo, entre las personas de edades avanzadas. También representa todo un reto para quienes trabajan en el cuidado de mayores.
Tanto en la artrosis como en la artritis avanzada, el personal que presta cuidados a los pacientes geriátricos debe cumplir con una serie de pasos para evitar que la movilización de estos pacientes crónicos resulte muy dolorosa.
Si quieres conocer cuáles son estas pautas, sigue leyendo. Estas recomendaciones te serán muy útiles si tienes adultos mayores con artrosis bajo tu cuidado, si tienes una familiar o amigo en esta condición, o incluso si se trata de tu caso.
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¿Qué es la artrosis?
La artrosis es una enfermedad crónica y progresiva. Ataca varias articulaciones, especialmente, las que se ubican en las manos y todas aquellas que se involucran con la carga, es decir, las articulaciones de las rodillas, cadera, tobillos, pies o algunas situadas en la columna vertebral.
El simple acto de moverse puede causar un gran dolor articular, pero es en las mañanas donde se puede hacer más difícil su manejo. Y es que esta patología puede producir deformidad y limitación de los movimientos asociados a una articulación.
¿Qué causa la artrosis? Esta enfermedad es causada por el desgaste del cartílago que cubre los extremos de los huesos. Dichos cartílagos son los que favorecen la movilidad de la articulación.
Por ende, cuando esta zona se va desgastando, es cuando se empiezan a manifestar los síntomas de la artrosis como:
- Dolor articular
- Dificultad para mover la articulación
- Crujidos
- Puede ocurrir derrame articular
Hay personas que sufren de rigidez y se les deforma con el tiempo la articulación afectada.
Diferencia con la artritis
Es importante destacar que artrosis y artritis son diferentes:
- La artrosis provoca rigidez y dolor. Empeora al mover la articulación. Según la OMS, 28% de la gente mayor de 60 años la padece.
- La artritis es un dolor causado por la rigidez y la inflamación. Se agrava en el reposo. Puede presentarse en niños y adultos, aunque lo más común es que aparezca entre los 20 y 40 años.
¿Por qué hay tanto dolor articular?
Sin duda alguna, uno de los síntomas más preocupantes y angustiantes para el paciente con artrosis es el dolor.
Al empezar a manifestarse la enfermedad, los episodios dolorosos se desatan cuando hay movimiento o se hace esfuerzo en la articulación. Por ejemplo, al cargar pesos, realizar movimientos repetidos, trabajar mucho tiempo tecleando en la computadora o al ejercitarse.
Es en estos primeros estadios cuando el dolor se calma durante el reposo. Con el tiempo, la artrosis se va agravando hasta el punto que el dolor se manifiesta tanto al moverse como al mantener en descanso la articulación.
Tipos de artrosis
A grandes rasgos, existen dos categorías de artrosis:
Artrosis primaria: se le conoce como artrosis idiopática. Es la más frecuente. Se caracteriza porque no se puede identificar qué causó el deterioro progresivo del cartílago y la articulación.
Artrosis secundaria: aquí sí se puede establecer la alteración que afectó la articulación. Por ejemplo, si fue producto de un traumatismo previo como un accidente en el menisco de la rodilla, por esfuerzos o daños repetidos en la articulación producto de la práctica de alguna profesión, o por enfermedad congénita.
Principales factores de riesgo
En la artrosis existen algunos elementos desencadenantes que pueden hacer que una persona sea más proclive a desarrollar la enfermedad.
Estos son los principales factores de riesgo:
- Tener una edad avanzada. Después de los 50 años, se elevan las probabilidades.
- Realizar ciertas profesiones
- Algunas actividades deportivas elevan los riesgos
- Ser del sexo femenino
- Sufrir de obesidad
- Tener menopausia
- Como consecuencia de una cirugía
- Algún golpe fuerte en la articulación
- Genética. Algunas familias pueden transmitir una predisposición a padecer artrosis.
Recomendaciones para movilizar a personas con artrosis
Ahora que ya conoces más de esta enfermedad, vamos a detallarte cómo realizar la movilización y el cuidado de mayores con artrosis y artritis para reducir los dolores.
Como ambas patologías comparten el dolor y la rigidez, es importante saber cómo podemos actuar para reducir las molestias y el entumecimiento. Particularmente en las mañanas, el dolor puede ser bastante fuerte.
Sigue este protocolo:
1. Antes de levantar al paciente, aplica calor
En las horas de la mañana, antes de que la persona mayor con artrosis se levante de la cama, aplica calor por unos minutos en las articulaciones más afectadas.
- Una excelente opción es usar paños calientes, una esterilla térmica o geles que produzcan un efecto de calor.
- Aplica masajes en las áreas afectadas para calentar y aliviar la zona.
- Un baño con agua caliente puede ser un excelente complemento terapéutico.
2. Usa elementos para mover al paciente
Toda persona que trabaja en el cuidado de mayores debe evitar levantar a la persona dependiente, sin apoyo, grúas u otro sistema.
Esto puede causar dolores en el paciente con artrosis y artritis avanzada, y además puede desencadenar lesiones en la persona que cuida.
3. Ubica agarraderas y coloca muebles de apoyo
Junto a la silla, cama o asiento del WC es muy importante ubicar agarraderas o muebles fuertes que permitan que el paciente pueda apoyarse al momento de levantarse.
Estos elementos pueden ayudar a repartir mejor el peso sobre las articulaciones de rodillas, cadera, espalda, tobillo y pies. Esto reducirá el dolor.
4. Cambiar de postura ayuda
Otro consejo clave es evitar que la persona con artrosis o artritis mantenga por largo tiempo una misma postura sentado, parado o acostado.
Cada cierto tiempo hay que moverse, ya que esto ayudará a que el dolor sea menos intenso.
5. Evita los colchones blandos y sillas curvadas
Es muy recomendable para estos pacientes evitar dormir en camas con colchones que no ofrezcan un soporte duro.
Deben ser bastante horizontales, para facilitar que la persona se levante con menos dolor o evitar que una posición ejerza más presión en una articulación.
También los respaldos de las sillas deben ser completamente rectos para facilitar el sentarse y pararse con menos incomodidad.
6. Posición en ángulo recto
Un detalle muy importante con las sillas es que deben permitir que las rodillas del paciente se mantengan en ángulo recto (90º) mientras están sentados.
No deben estar a menos de este ángulo. De lo contrario causará dificultad al levantarse de la silla.
7. Terapia con calor o frío
Aplicar gel de calor o frío, compresas, paños, hielo, lámparas de calor o mantas eléctricas en las zonas adoloridas puede ayudar a los pacientes con artrosis y artritis.
Hay quienes observan alivio con el calor, otros con el frío. Todo depende de cada caso. El paciente debe informarte cómo se siente más confortable, pero en todo caso, no dejes que esta terapia se prolongue por más de 20 o 30 minutos.
En muchas ocasiones, el calor o el frío puede ser de gran ayuda para reducir los dolores en las articulaciones antes de cambiar de postura.
Consejos finales
Para finalizar, recuerda que:
- Reducir el peso corporal y tener hábitos saludables ayuda a bajar la intensidad del dolor en rodillas, tobillos y pies.
- Todas las actividades físicas que realice la persona con artrosis deben ser adaptadas a su condición de salud y edad.
- Nunca deben realizarse ejercicios que generen dolor. De sentirse un dolor repentino y fuerte, debe guardarse reposo por dos o tres días.
- Es conveniente que el paciente se ejercite con métodos como el Pilates. Esto le permitirá reforzar los músculos alrededor de las zonas articulares deterioradas.
¡Llegamos al final!
¿Te resultaron de ayuda estos consejos para movilizar a personas con artrosis? ¡Cuéntanos cuál ha sido tu experiencia!